¿Qué podemos hacer para mejorar la educación financiera?

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A lo largo de la vida cotidiana, las personas realizan diversas decisiones económicas. Entre las más importantes se encuentran el tomar un préstamo para costear una carrera universitaria, tomar un préstamo para iniciar un emprendimiento o contratar la hipoteca de una casa. Sin embargo, de acuerdo a nuestro perfil socioeconómico, no solemos considerar que hay procedimientos que necesitan de un mayor cuidado. Es decir, muchas veces no meditamos sobre las consecuencias financieras que se desprenden luego de realizado la transacción o intercambio económico. Las decisiones financieras correctas no suelen ser escogidas inmediatamente, sino que puede ser producto de un proceso de aprendizaje a lo largo de los años. Así, la educación escolar puede ser crucial de muchos de nuestros hábitos financieros a largo plazo.

En concreto, en 2015, nuestro país participó, por primera vez, en la evaluación PISA con una prueba adicional sobre Educación Financiera. Los resultados fueron desalentadores, ya que habíamos ocupado el penúltimo puesto de catorce países en educación financiera. Es decir, los estudiantes evaluados contaban con un nivel muy elemental en cuanto a competencias financieras se refiere. Sobre lo anterior, el enunciado de “la educación viene de casa” no se cumpliría necesariamente. La educación financiera es más compleja de lo que se cree. Muchos hogares permanecen en situación de pobreza debido a que sus jefes de hogares no manejan sus presupuestos adecuadamente. Estos incurren en gastos innecesarios y permanecen en un círculo vicioso de pobreza y escasez de recursos.

Consecuentemente, una mejor educación financiera idealmente tiene que ser provista en la educación escolar. La factibilidad de diseñar planes de estudio incorporando temas introductorios sobre educación financiera y contar con especialistas es inmensamente mayor que en el seno del hogar por razones de espacio-tiempo. Muestra de ello es el programa piloto “Finanzas en mi Colegio” implementado desde el 2015, el cual es una iniciativa conjunta del MINEDU, SBS, CEFI y APESEG. Dicho programa tuvo un impacto positivo en el grupo tratado de aproximadamente 150 escuelas. Específicamente, los estudiantes incrementaron su conocimiento financiero en un 5% en relación a su nivel anterior, en tanto que los docentes mejoraron sus hábitos de ahorro. Con estos programas, los estudiantes de distintos estratos socioeconómicos y, en especial, los de bajos ingresos, tendrán más herramientas para sus decisiones económicas futuras. Asimismo, más oportunidades de mejorar su calidad de vida a futuro.

Finalmente, si Perú puede mejorar su posición en la próxima PISA financiera, esto sería un indicador de que los programas realizados están funcionando adecuadamente. Es decir, los futuros jefes de hogares contarían con un mejor manejo de las finanzas domésticas, evitando incurrir, así, en problemas de atrasos y moras en deudas contraídas. Una mejor gestión de las finanzas personales generaría una mayor predictibilidad sobre la senda de gastos domésticos, otorgando una mayor estabilidad a la situación socioeconómica de las familias. Lo importante es asegurar que, a través de buenas políticas, cada vez más hogares cuenten con estrategias que los ayuden a superar momentos de vulnerabilidad económica.