Permitir un mayor flujo migratorio de extranjeros al Perú… ¿He ahí el dilema?

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La llegada de miles de inmigrantes venezolanos a tierras peruanas a raíz de la crisis social y económica agravada en Venezuela ha desatado más pasiones que razones. Por un lado, los gestos de solidaridad con los venezolanos no se han hecho esperar debido a que Venezuela albergó a muchos peruanos cuando nuestro país pasaba por una crisis muy parecida, allá en los años ochenta. No obstante, simultáneamente, un sector de la población y algunos políticos han propuesto limitar el flujo de venezolanos que frecuentemente llega a suelo peruano- más de cien mil venezolanos arribaron a la fecha- con el argumento de que están quitando puestos de trabajo a nuestros compatriotas y no contribuyen a mejorar la economía. ¿Es preciso esto último?

Bien, la OECD (2014) sugiere que, para un análisis relevante del impacto económico de los flujos migratorios, nos enfoquemos en tres puntos: el mercado de trabajo, los fondos estatales y el crecimiento económico. Si nos fijamos solo en la primera arista, un análisis de equilibrio parcial nos indicaría que, una vez que aumente la cantidad de oferta de trabajo, sin variar las demás variables que afectan al mercado, el salario inevitablemente tendrá que ajustarse a la baja. Esto supuestamente perjudicaría a la ya existente mano de obra.

En lo anterior, se está pasando por alto el hecho de que estos nuevos trabajadores contribuirán a otros sectores al demandar bienes y servicios contribuyendo a dinamizar diferentes sectores económicos al demandar servicios educativos, de consumo, de vivienda, entre otros. Asimismo, empleados una vez en el sector formal, también pagarán impuestos que favorecerá la recaudación nacional. Es decir, el sentido del efecto neto sobre la economía no es único y definitivo. Depende mucho de las condiciones económicas, léase el ciclo económico, el grado de desarrollo de los sectores productivos y de los mercados laborales, citando algunos elementos. Muchos especialistas coinciden, sin embargo, en que las políticas que se implementen por parte de los policy-makers serán fundamentales en cuanto a incidir en este efecto neto. Integrar a los mercados de trabajo de mejor manera a la masa laboral foránea, tal como afirma Christine Lagarde, ex jefa del FMI, potenciaría la fuerza laboral local, la inversión de las empresas y el crecimiento del país anfitrión sumando un efecto positivo neto en general.

Por ejemplo, políticas basadas en fortalecer la capacidad de los mercados de trabajo, ampliar las plataformas de servicios educativos y de capacitación y otorgar flexibilidad en las iniciativas de emprendimiento empresarial con las que cuente este grupo. Adecuadamente implementadas estas políticas, a largo plazo, serán beneficiosas para la economía nacional a la par que ayudan a estrechar lazos de cooperación y solidaridad con los hermanos venezolanos. Bien reza el refrán “Hoy por mí, mañana por ti”.